Parece que todo lo que tenemos que hacer en esta vida es pedir créditos, trabajar más y más para tener dinero suficiente como para comprar lo que necesitamos y sobretodo lo que no necesitamos. ¿Por qué, pese a los avances tecnológicos, los productos de consumo duran cada vez menos?
Sin duda alguna, somos víctimas de la obsolescencia programada, el motor escondido de nuestra sociedad de consumo.
Y es que a veces resulta un tanto complicado salir de esta sociedad dominada por una economía de consumo creciente, cuya lógica consiste no sólo en crecer para satisfacer las necesidades sino en crecer por crecer. Y de tanto crecer, al final llenaremos el planeta de productos obsoletos y de deshechos y no por ello parece que seamos más felices.
Interesante documental "Obsolescencia programada", emitido por TV2, hace ya algún tiempo, que nos habla de todos estos temas y de algunos más. A enfatizar una curiosa bombilla que lleva encendida más de 100 años y que todavía funciona a la perfección.
Vale la pena ver lo que estamos haciendo, y cómo cada uno de nosotros, con nuestra falta de conciencia y a menudo de información, contribuímos personalmente a la perpetuación de un sistema ilógico, ridículo y sin sentido, que puede llegar a acabar con nosotros en aras de la avaricia de unos pocos y la pasividad de muchos.
Sin duda alguna, somos víctimas de la obsolescencia programada, el motor escondido de nuestra sociedad de consumo.
Y es que a veces resulta un tanto complicado salir de esta sociedad dominada por una economía de consumo creciente, cuya lógica consiste no sólo en crecer para satisfacer las necesidades sino en crecer por crecer. Y de tanto crecer, al final llenaremos el planeta de productos obsoletos y de deshechos y no por ello parece que seamos más felices.
Interesante documental "Obsolescencia programada", emitido por TV2, hace ya algún tiempo, que nos habla de todos estos temas y de algunos más. A enfatizar una curiosa bombilla que lleva encendida más de 100 años y que todavía funciona a la perfección.
Vale la pena ver lo que estamos haciendo, y cómo cada uno de nosotros, con nuestra falta de conciencia y a menudo de información, contribuímos personalmente a la perpetuación de un sistema ilógico, ridículo y sin sentido, que puede llegar a acabar con nosotros en aras de la avaricia de unos pocos y la pasividad de muchos.
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